Cuando se trabaja con micrófonos de estudio, especialmente los modelos de condensador sensibles, es posible que el micrófono capte ruidos excesivos de la boca, además de la voz. Sin embargo, la aplicación de técnicas y prácticas específicas puede mitigar eficazmente estos problemas.
Gestión de los clics en la boca
- Si te encuentras con chasquidos en la boca, es posible que la sequedad bucal o la deshidratación sean factores contribuyentes. Para solucionarlo, considera la posibilidad de tener cerca chicle y/o agua para asegurarte de que se genera suficiente saliva. Mascar chicle también puede calentar la boca y la mandíbula, lo que es ideal para sesiones de grabación más largas.
Reducir los plosivos con un filtro Pop
- Utilizar un filtro antipop junto con el micrófono puede reducir significativamente los sonidos plosivos originados por los movimientos de la boca. Esto se nota especialmente en las palabras que empiezan por "B" o "P", ya que suelen generar fuertes ráfagas de aire procedentes de la boca.
Optimización del ángulo del micrófono
- Colocar el micrófono fuera del eje, en un ángulo de aproximadamente 45 grados, puede reducir eficazmente el impacto de los ruidos de la boca. Esta técnica es especialmente ventajosa cuando se utilizan micrófonos dinámicos para retransmisiones en directo o podcasts.
Adoptando estas técnicas y prácticas, puedes aliviar los problemas de ruido bucal asociados a los micrófonos de estudio.
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